Cambiar la cara. Ponerle nombre al vacío.

Cuando él quiere... y vos solo querés que te vean

Leí la historia de una mujer que ahorró durante 10 años para hacerse una rinoplastia. No porque quería verse más "bella". Sino porque estaba harta. Harta de que se burlaran de ella. De sentirse invisible. De ver en el espejo una cara que no representaba su historia.

Cuando se operó, no solo cambió su nariz. Cambió su vida. Se divorció. Volvió a salir al mundo. No porque ahora era "linda", sino porque por fin se reconoció.

Y aunque vos no estés ahorrando para operarte, sabés lo que se siente perderse en el espejo.

La menopausia cambia el cuerpo. Y el cuerpo cambia todo.

❌ Te inflamás sin razón aparente.
❌ El abdomen se hincha.
❌ El cabello se cae.
❌ La ropa no entra.
❌ El deseo se va a dormir.
❌ Y la autoestima también.

Y te dicen "aceptate".
Como si fuera fácil abrazar un cuerpo que ya no sabés de quién es.

No es superficial. Es real.

No es solo piel, es identidad. Es duelo. Es el espejo diciendo: ya no sos la de antes.

Y vos, ¿qué hacés con eso?

Si lo callás, se vuelve angustia. Si lo negás, se vuelve rabia. Si lo ignorás, se vuelve soledad.

Por eso escribo esto. Porque no estás sola. No estás rota. Estás cambiando. Y eso también merece ser visto.

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