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La conexión inesperada: intestino y salud de los tejidos pélvicos
Tu suelo pélvico empieza en tu intestino (y no es broma)
Cuando hablamos de suelo pélvico pensamos en Kegels, en fisioterapia o en cuidar la postura.
Pero pocas veces nos dicen que la salud de tu intestino es uno de los cimientos más importantes para mantener tus tejidos pélvicos fuertes, flexibles y sin dolor durante la menopausia.
🌱 La conexión que no se ve… pero se siente
En tu intestino viven billones de bacterias que forman tu microbiota intestinal.
Entre ellas hay un grupo muy especial, el estroboloma, que actúa como un filtro inteligente: metaboliza el estrógeno que tu cuerpo ya no necesita para que lo elimines de forma natural.
Cuando este sistema funciona bien, tus hormonas se mantienen en equilibrio, tus tejidos reciben suficiente colágeno y elasticidad, y tu suelo pélvico se mantiene firme.
Pero si tu intestino está inflamado o desequilibrado:
El estrógeno puede reabsorberse y acumularse.
La inflamación se propaga a todo el cuerpo, debilitando músculos y ligamentos.
El tono muscular y la lubricación natural de la zona pélvica se ven afectados.
Y lo peor… esto puede pasar aunque estés haciendo tus ejercicios pélvicos de forma impecable.
⚠ Señales de alerta de que tu intestino puede estar afectando tu suelo pélvico
Hinchazón abdominal diaria o sensación de “vientre pesado”
Estreñimiento o diarrea crónica
Sofocos y cambios de humor que no mejoran
Dolor pélvico o sensación de presión interna
Fatiga constante y brain fog
Estos no son “caprichos de la edad” ni “cosas de la menopausia”.
Son mensajes que tu cuerpo te envía pidiendo equilibrio intestinal
🔑 Cómo cuidar ambos a la vez
1. Más fibra soluble y prebióticos
Avena, manzana, linaza, plátano, espárragos y legumbres.
Estos alimentos alimentan a tus bacterias buenas para que trabajen a tu favor.
2. Fermentados naturales
Kéfir, chucrut, kimchi, kombucha y yogur natural sin azúcar.
Aportan bacterias vivas que repueblan tu microbiota.
3. Menos inflamación
Reduce azúcar, alcohol y alimentos ultra-procesados.
Son gasolina para las bacterias dañinas y un enemigo para tus hormonas.
4. Movimiento diario
Caminar, estirarte, moverte después de las comidas ayuda a mejorar el tránsito intestinal y la circulación pélvica.
💚 Recuerda: Cuidar tu intestino no solo es cuidar tu digestión.
Es reforzar la base física, hormonal y energética que sostiene tu vitalidad, tu placer y tu fuerza interior.
Aquí te dejo el video donde desarrollo más este tema y te muestro cómo “tus tripas hablan” cuando algo no está bien:
👉 Mira el video aquí
Con cariño,
Emilia – VerstatBE
Mentora en menopausia, propósito y poder interior